La Comisión Europea propone el “derecho de reparación” para los consumidores de la UE

El pasado mes de marzo, la Comisión Europea propuso una iniciativa legislativa para asegurar el derecho de los consumidores europeos a reparar aquellos productos que son defectuosos o que ya no funcionan.

Esta medida complementa el paquete de iniciativas, que van desde el ecodiseño de productos hasta el empoderamiento del consumidor para la transición verde, que la Comisión ha estado llevando a cabo en el marco de su Pacto Verde Europeo. 

Todas ellas están orientadas a reducir los residuos y a aprovechar los recursos de la forma más eficaz posible para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y transformar la UE en una sociedad próspera, segura y responsable con el entorno.

El derecho a reparar evitará el desperdicio

Según datos de la Comisión Europea, cada año se generan en la UE 35 millones de toneladas de basura, 261 toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera y 30 toneladas de recursos desperdiciados, debido a que los productos defectuosos acaban en vertederos en lugar de ser arreglados.

Además, se estima que elegir la sustitución de los bienes en lugar de su reparación le cuesta a los consumidores 12.000 millones de euros al año.

La propuesta de un “derecho a reparar” los productos permitirá evitar el desperdicio, facilitará el ahorro para los ciudadanos y contribuirá a una economía más circular.

El año pasado, el Senado del Estado de Nueva York tomó una medida que iba en esta misma dirección, con la aprobación del proyecto de la Ley de Reparación Justa Digital. Este proyecto de ley requiere que los OEM pongan a disposición de los propietarios y reparadores externos información, piezas y herramientas de diagnóstico y reparación para poder arreglar los productos, lo que conlleva importantes beneficios económicos para los consumidores y medioambientales para el planeta.

Ahora la Comisión Europea, con su propuesta de un “derecho de reparación” para los consumidores europeos, también trata de priorizar la filosofía verde que apuesta por la reparación por encima del reemplazo.

Los fabricantes deberán asegurar la reparación dentro y fuera de la garantía

Esta propuesta legislativa establece para los fabricantes la obligación de reparar un producto después de su compra tanto si se encuentra dentro de la garantía legal de dos años que establece la normativa comunitaria como si está fuera.

Además, los fabricantes tendrán el deber de informar a los consumidores de que están obligados a reparar gratis el aparato cuando la reparación sea menos cara o cueste lo mismo que reemplazar el dispositivo por uno nuevo.

También se establece una plataforma de reparaciones en línea donde los consumidores podrán ponerse en contacto con los talleres de reparación y los vendedores de productos reacondicionados de su zona, lo que aumentará la visibilidad de los talleres de reparación y permitirá a los consumidores encontrar soluciones ventajosas.

Asimismo, el consumidor tendrá derecho a solicitar al taller de reparación un formulario europeo de información sobre reparación, que aportará más transparencia sobre las condiciones y el precio de la reparación, y permitirá que el consumidor pueda comparar diferentes opciones de reparación y elegir la más conveniente.

Por último, también se implantará un estándar de calidad europea de los servicios de reparación que le facilitará a los consumidores la tarea de encontrar los talleres de reparación que ofrecen una mayor calidad.

Un paso más hacia la economía circular

«Queremos ayudar a los consumidores a reparar sus productos, si así lo desean. Les ofrecemos herramientas para tomar decisiones mejor informadas y comparables. Queremos incentivar a los productores para que hagan posible la reparación, en lugar de participar en una carrera sin fin de compra de nuevos productos que nosotros, los consumidores, no necesitamos. Esto no es sostenible y no deja a los consumidores margen de elección. Nuestra propuesta ayudará a las personas a configurar sus patrones de consumo como lo deseen y no como se vean obligadas, de modo que aumentemos el porcentaje de reparación y reutilización de los productos y consigamos grandes ahorros» afirmó Věra Jourová, Vicepresidenta de Valores y Transparencia en la Comisión Europea.

Cuando un producto se vuelve defectuoso, los consumidores no optan por repararlo, sino que lo desechan prematuramente, aunque éste podría repararse y usarse durante mucho más tiempo. Esto es debido a la dificultad que los consumidores encuentran para reparar los productos por sí mismos, a los altos costos y a la falta de disponibilidad de servicios de reparación a disposición de los usuarios.

La propuesta de la Comisión Europea representa una solución a esta dificultad e introduce un nuevo derecho de los consumidores para que sea más fácil y rentable optar por la reparación en lugar de sustituir aquellos bienes que ya no funcionan o cuya garantía ha expirado.

Esto se convertirá en menos residuos, menos energía gastada ya que reparar tiene menos impacto energético que fabricar algo nuevo, y entonces menos emisiones contaminantes.

El “derecho de reparación”, además, motivará a fabricantes y empresas a desarrollar soluciones responsables con el entorno e impulsará la industria de la reparación, abriendo las puertas a un modelo de consumo sostenible económicamente y ambientalmente.

En definitiva, esta iniciativa permitirá a la UE eliminar la obsolescencia programada y la sustitución prematura de los bienes, haciendo de la reparación la elección principal de los consumidores y facilitando que los productos puedan circular el máximo tiempo posible en el mercado antes de agotar su vida útil.

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